“ Utilizar la lengua de signos en la educación del niño sordo, no sólo es un recurso educativo importante, es un DERECHO de todo alumnos sordo”.Esta formulación así entendida nos puede sonar muy radical pero es importante olvidar nuestros pre-juicios y acercarnos a la diversidad con ojos limpios, mente abierta y una gran dosis de “profesionalidad”
Llevo “viviendo-con” jóvenes sordos desde hace 20 años. Digo viviendo porque o “vives” con ellos, y te asomas a su mundo, te sumerges lo mas posible o sencillamente no los ves aunque los tengas al lado.
Es algo así como no hacerse preguntas sobre el otro o elaborar respuestas sin preguntar nada por ti mismo, repetir respuestas que otros dieron a preguntas que tú no has formulado con inquietud y curiosidad.Lo mejor y lo peor de mí misma me lo han enseñado ellos. Porque en su mundo no hay dónde esconderse. Es un mundo visual, crudo y cinematográfico. Que puede ofrecerte la mejor poesia, los mejores colores y tambien hacerte sentir la mayor tragedia. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. No hay nadie que domine la imagen mejor que los sordos. Han hecho de ella su mundo. Viven en el mundo de la imagen y el movimiento. Secuencias que aparecen y desaparecen a su alrededor, secuencias que aparecen y desaparecen en su cabeza, conocimientos almacenados en secuencias visuales, sentimientos como componentes emocionales de situaciones visuales, experiencias visuales, deseos visuales…ver…son unos grandes ojos que andan, sienten padecen, se comunican, ordenan el mundo en conceptos y almacenan información.Y aún así no los describo más que desde el punto de vista de una persona que está fuera de su mundo.La naturaleza caprichosa, y grandiosa como siempre, ha creado otra forma de lenguaje muy diferente al oral pero que responde a las mismas necesidades y cumple los mismos objetivos.Un lenguaje que esta vivo y es suyo.
Cecilia G. Molina 2005
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